En el sueño mordías la frágil torre de marfil. Que era la torre del reloj, donde viven todas las sombras y manchas de mi vida. Y la torre se partía, y sentía que todo se caía. Y mis miedos y mi mirada se mostraban. Y por un grotesco momento, ayudado por la adrenalina, sentía plenamente mi vida. Y después me desperté.
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