domingo, 11 de abril de 2010

Tres cocineros que alguna vez fueron al mar quisieron ser marineros pero no pudieron.
Yo soy uno de ellos.
La cafeína entra por mis oídos, hace varias noches que sueño no dormir. Varias noches enojándome con mis amigos. Yéndome de los Carrefour y las bibliotecas, pensando escapar.
Veo a Nemo hundiéndose, sus alitas mutiladas no pueden hacer nada, y me mira con sus ojos enormes.
Ojos enormes, le grito en el agua, de pez sin corazón, pero el sonido no le llega.
Hay silencio, todos se quedan callados.

Nemo dale, Nemo veni, esta todo bien, veni chabon.
No me puede oír. Ya casi no lo veo en la profundidad.

No tiene oídos con café.
Ya es tarde para pedir perdón.
No soy marinero, ahora lo se sabido.

La vida es una eyaculacion, escribo y salgo a la superficie a respirar

No hay comentarios:

Publicar un comentario