martes, 7 de septiembre de 2010

El demonio estaba pintado de blanco. No se si estoy mareado, le dije. Y el me miro y me compro solo con eso. Gracias por mirarme. Patético. Si lo se. Hordas de terapeutas y amigos que nunca veo me preguntan porque hago lo que hago. Por las calles laterales de San Isidro escapo. Llego al primer prostíbulo que encuentro y alli me encierro. Las putas al principio sorprendidas, me dan la bienvenida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario