jueves, 29 de abril de 2010

Me despierto en el agujero,
bueno en realidad no me despierto, saco la cabeza por la ventana y contemplo el
Pozo
de ventilación de la cueva dosmilochocientostres. Se oyen las madres dormir, las TV’s zumbadoras, peleas y serias si son a estas horas de la madrugada.
Saco la cabeza e inhalo. Me quedo mirándolo. Sobre el techo (¿Cómo decirlo?) por encima de los techos, por debajo de la luna, el profesor sin sombrero me saluda, el fantasma amigable.
Me acuesto en la cama y me duermo pensando en mí infancia.

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