jueves, 29 de abril de 2010

Nos veníamos riendo todo el camino, pero cuando entramos nos quedamos callados.
No le importo que escucháramos, seguía hablando, y yo me quede callado.

A mi tía la mataron. Ella me lo dijo, yo igual algo sabia viste. Cuando fuimos al zoológico, ahí empezó. Bueno, vos sabes como era mi tia y mi madre. Yo tenía doce año entonces, un pibe. Julia estuvo esa noche con un gerente del zoológico, ¿podes creerlo? Al día siguiente vino y me lo contó, en el desayuno. Mi tía.
Fue en otro desayuno que me entere que la iban a matar. Que la iban a matar ¿escuchas? Yo le hablaba de los bichos y los animalitos de Africa, y ella de repente se echo a llorar como loca, me agarro, me pego un par de cachetazos y me dijo “Luisianito, me van a venir a matar, a tu pobre tía. Vos acordate de tu pobre tía, si Lucianito, acordate”. Y después le agarro el infarto. ¿Viste? A mi tía la mataron”

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