martes, 23 de noviembre de 2010

De lo Unico que Quiero Hablar es de Mis Dos Manos (que no pueden tocar el sol)

pero te llamo al celular. y estoy sentado a un costado, entre la mierda, la basura y lo que ustedes llaman naturaleza. mirando caer las toneladas de metal y gritos que llaman autopista. y apoyo mis manos en el pasto sucio y te digo que siento una presión enorme en mi cabeza. pero vos no me escuchas -o no me contestas- y en cambio seguís hablando con tu voz chiquita, mientras el otro ruido, el masivo murmullo del río llamado autopista, entra por mi diestro oído. y la autopista sabes, es la gran arteria de esto que vos llamas ciudad. y luego me contestas: no te entiendo y ya me puedo imaginar tu cara. te trato de decir que mis manos están como borroneadas y expiro todo el aire. porque por fin te hablo de mis manos que es de lo único que de verdad quiero hablar. igual no me entendés y volves a preguntar que es lo que me pasa. me quedo callado y corto. la cascada de cemento y metal es lo único que hay, pienso en voz alta cuando casi sin querer se me atora un nudo en la garganta y un auto resbala y choca contra la banquina y grita con sonidos de metal. y son como disparos pero más fuertes. son como unas grandes piedras que se desprenden de la cascada. y una de las piedras rueda y cae a mis pies. y cuando abro los ojos el auto, extrañamente, no se esta incendiando, aunque si hay vidrios rotos por todos lados. mientras –sabemos que siempre siguen- siguen los gritos que básicamente son el caos. y me levanto y me voy a mi casa, porque ya de verdad no aguanto más todo esto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario