lunes, 6 de diciembre de 2010

El caballo de Troya se asomaba por la gran avenida.
Los soldados nos dejaron pasar sonriendo
Pensaron que estábamos jodiendo
Y estábamos jodiendo
A todo el mundo.
El caballo de Troya avanzaba
Atravesaba tu cama
Y después tu mirada
Y de vuelta a tu cama.
Habíamos triunfado
Tus ojos estaban llorando
Pero queríamos más
Mucho más
Decidimos ponerle alas
Al viejo caballo Troyano
Y perseguimos a los cuervos
De todas las noches
De todas las noches, repito
Y a la mañana charlamos con nuestras madres
Y nuestros ojos humanos
Fueron al fin perdonados.
Y el viejo caballo
No necesitaba sus piernas
Ya no necesitaba nada.
Excepto claro
Su constante nutrición
De luna que recibía
Todas las madrugadas.
Miramos al cielo y a Júpiter
Ahí vamos, ahí vamos, todos gritamos
Ahí vamos papa.
Ahí vamos todos
A esa masa de gas
Quizás uniforme.
Ahí vamos, gritamos.
Nosotros somos
El Viejo Caballo Troyano
Que ahora flota sin cesar
Y sin dudar.
Y como la palabra "fin”
Nunca la entendimos
Este poema no terminara
Nunca

No hay comentarios:

Publicar un comentario